Es un lugar delicioso con una arquitectura impecable. Sirven mezcal de una de las casas con mayor tradición y los platillos tienen una mezcla de cocina tradicional con elementos innovadores, como la tlayuda de pulpo o las bolitas de queso istmeño. Hacia donde uno mire el lugar está maravillosamente decorado y la atención es magnífica.
Como turista, este lugar me gustó mucho.
Porque es de esos, en donde puedes degustar comida típica oaxaqueña con algún pequeño toque gourmet. Me refiero a que no se separa mucho de la receta original.
También porque, tiene una carta variada con muchas opciones de mezcal. Incluso hay cata de mezcal (para eso hay que hacer una reservación previa).
Y su ubicación estratégica muy cerca del andador turístico. Le dan esa conveniencia que pocos lugares pueden ofrecer.
La decoración es un punto a resaltar, yo recomiendo ir de noche pues el lugar es cuando realmente resplandece todos sus rincones y detalles.
Nosotros degustamos algunos mezcales. Y compartimos diferentes platos tradicionales como las Memelas, oaxaqueñas, tlayudas y sopa de maíz roja. También tenían un platillo más al sur, como lo es la cochinita Pibil. Cada uno de estos platos que probamos, fue exquisito.
Mi recomendación de turista, a Urista. Es que este lugar lo debes de incluir en tu itinerario.
😌
Fue una sorpresa agradable. El lugar es muy bonito y la comida no decepciona. Cocina oaxaqueña tradicional, buen sabor y muy buenas porciones. La atención fue sobresaliente. Si quieres probar un poco de todo lo más popular recomiendo la botana tradición.
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