La comida tiene todo el sabor y sello oaxaqueño. Deliciosa, bien proporcionada y un sabor que deleita.
La curiosidad por comer en este lugar, además de su cocina, es por su historia, recomiendo indagar un poco en cómo se creó este restaurante para que aparte de apreciar su cocina, se disfrute también comer en un lugar cuya perseverancia y esfuerzo de una mujer, lograron posicionar el restaurante entre los más reconocidos en este bello Estado.
Los costos son razonables y aceptan pago con tarjeta.
Mi primer acercamiento a la comida Oaxaqueña, fue el primer restaurante al que visité y me gustó mucho.
El único detalle que me desagradó un poco es que no me dieron a elegir en qué zona del restaurante sentarme pero pudo deberse a que estaba llena la terraza cuando llegué. Me habría gustado estar en ella zona de la música en vivo (por cierto muy buena).
Servicio excelente, los meseros son muy amables y explican detalladamente las composición de los platillos.
Pedí un nido de chapulines y me encantó el contraste de sabores. De plato fuerte un pescado con esquites y puré de plátano delicioso. Su negroni con mezcal no desentona. Al final pedí un capuchino que si bien no es el mejor que he probado, estuvo decente.
Jose Luis Cerda Ramirez
+5
Excelente ambiente, bebida un chocolate espumosito, delicioso, acompañado de un riquisimo hojaldre con rellenonde guayaba y queso crema, el cual te hace salivar en demacia de lo delicioso que esta. Me ofrecieron unas mini tlayudas con su respectiva salsa verde y roja pequeñas pero de gran sabor, unas deliciosas quesadillas fritas de flor de calabaza, quesillo y chapulines con una salsa de tomate rojo asado compañera perfecta para mis quesadillas. Delicioso, servicio increíble, lugar ameno y muy lindo
La comida esta muy rica! Super recomendable.
Nosotros pedimos de entrada guacamole, y nos pusieron de cortesía cacahuetes.
Para cenar mole negro (el cual estaba super rico!) Y yo torta de cochinita (también super recomendable).
Venden cerveza comercial y tenían 2 artesanales adicionales en ese momento, (Ipa Rey oh baby (no soy fan de las ipas pero estaba muy buena) y otra ambar)
Para terminar pedimos pastel de chocolate con fresas (no recuerdo el nombre), por todo fueron aproximadamente $1,500
De todo lo que más me gusto fue la comida (más que el postre y el guacamole), pero en general todo estaba muy rico.
Lo único es que al llegar nos dieron mesa adentro, no nos dieron a elegir, y después descubrí que habían otras áreas, me hubiera gustado elegir el lugar donde sentarme, el lugar es muy bonito.
Una atención increíble desde el momento que llegas. El personal de mesas siempre atento y con conocimiento sobre los productos que ofrecen.
Con un amplio comedor dividido por secciones y una carta de alimentos amplia de la cual se pueden disfrutar de platillos oaxaqueños.
Los postres son una delicia.
Es un restaurante muy bonito, con tradición y elegante, además su comida es muy tradicional a la que representa el estado de Oaxaca me gustó mucho y lo volvería a visitar. El. Único pero que le pongo que no cuenta con estacionamiento propio o valet parking.
Si vienen a Oaxaca no se pueden perder este lugar, el mejor restaurante en el que he comido, la comida está exquisita, les recomiendo el pan de elote, estuvo riquísimo y su emplatado estuvo súper original, también me pedí el mole chichilo, y puedo asegurar que es el mejor mole que he comido en mi vida, y eso que yo no soy fan del mole. En mi opinión este es el mejor restaurante en Oaxaca, de verdad no se pueden perder este lugar.
El lugar es muy ameno y el servicio excelente. Los meseros nos apoyaron con algunas peticiones especiales que hicimos sobre los alimentos (separar o eliminar ar los lácteos).
El sabor de la comida y variedad so muy buenos, el agua que se ofrecía en el día presentaba un sabor muy rico y sin gran cantidad de azúcar , y el postre de pastel de 3 leches con mezcal esta excelente, lo recomiendo mucho.
Lo único ha considerar es que el espacio entre mesas en la parte del jardín (exterior) es un poco reducido entre mesa y mesa y el servicio de sanitarios se encuentra subiendo unas escaleras , un piso arriba. Descozco si existan unos en ña parte inferior o para personas discapacitadas co un acceso más fácil.
Lugar perfecto para probar platillos tradicionales oaxaqueños, me encantaron los chilaquiles con amarillo y tasajo. Su pan dulce es exquisito y su ubicación inmejorable .
El lugar y el servicio son increíbles, la experiencia muy buena, te cuentan el origen y formulación de cada platillo con detalles, probamos los moles, los tacos de camarón, creme brûlée, y el pan con queso. Los moles muy ricos con sabor particular, un poco dulces para nuestros gusto, los tacos deliciosooos, y los postres muy buenos también.
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