Maizal Restaurante

Una experiencia maravillosa llena de sorpresas y las mejores propuestas. Muchas felicidades, lo disfrutamos a lo grande.

Gracias a una publicación de Food and Pleasure di con este lugar. Aunque está céntrico, y aún siendo local, no conocía el lugar, pero es una gema escondida. Tuve el placer de probar el menú de degustación y todo estuvo increíble, desde el servicio, el tiempo de espera, y sobre todo, la comida. La bondad más grande es que la comida no sólo es una sorpresa de variedades y de sabores, es una comida que te acompaña en el resto del día, los sabores siguen sorprendiendo a lo largo del día y el detalle perdura en el recuerdo. El servicio fue muy atento, nos explicaron cada platillo cuando lo llevaron a la mesa, y estuvieron atentos a recoger todo en cuanto fuera posible para una excelente experiencia. Mi única queja es que es un lugar frío donde no hay mucha posibilidad de resguardo, en temporadas invernales vayan bien abrigados.

Si vas a Maizal ve con la idea de probar una cocina que tu memoria puede reconocer pero la experiencia es de otro nivel. El menú del 14 de febrero fue de tamales y para ser tamales la ejecución fue impecable, "La Guajolota" nos voló la cabeza, el Zacahuil era el sabor de la cocina de mi abuela, así que tienen un 10. De entrada nos dio la bienvenida el sommelier Antonio Nates, abre con una excelente recomendación de vinos para acompañar la comida, te explica la historia detrás de cada sugerencia, te permite probarlos y nos encantó el vino francés que nos recomendó (Petrus Lambertini). El postre de Polinización (Mousse de cera, polen y miel de abeja melipona, jalea de aceite de oliva y caléndula cristalizada) es espectacular, altamente recomendable. Daniel Nates trabaja con productos locales, sus platos con clorofilas llenas de sabor y logra un equilibrio perfecto, un joven lleno de ideas que al aterrizarlas en un plato logra sabores y experiencias extraordinarias.

Increíble atmósfera con atención cálida. Una interesante propuesta de platillos en hermosa presentación (los postres particularmente).

Maizal es un restaurante que ofrece fine dining en el centro de Puebla. El menú de degustación de 7 tiempos, que aunque puede mejorar, es 100% recomendable. El costo por persona es de 800 + 850 de maridaje (también p/p). Sin embargo, el maridaje es opcional. Visité Maizal al inicio de octubre 2022 y resultó ser una gran experiencia, tanto en términos de comida como de atención al cliente y también respecto a locación: el hotel donde se encuentra Maizal, es bastante hermoso. Comenzamos el menú con un molote de sesos delicioso. Si bien el tamaño de este tiempo y la temperatura podría mejorar (un poco más grande y más caliente sería ideal) el perfil de sabor y el juego de texturas fue muy bien logrado. A continuación la chalupa de foie-gras con mole fue tal vez el tiempo que requiere más mejoras. Sin duda es rico pero el foie-gras apenas se puede percibir pues lucha con el dominante sabor del mole. El fideo seco con camarón frito es una de las estrellas del menú y el primer gran momento de la noche. Se sirve a gran temperatura y el sabor es de lo mejor que he comido este año. Tal vez el mejor fideo seco de México. El camarón frito con fideo es un gran acierto. El pozole de mariscos es una sopa con mucho sabor y mucha alma. Sin embargo, creo que ayudaría mucho a la experiencia tener un poco más de maíz pozolero en el plato. El sabor por otra parte es exquisito. La tostada de embutido artesanal de cabeza de lechón es el acompañante del pozole y el perfil de sabor es una gran y grata sorpresa. El primer postre es una panna cota acompañada de sabores cítricos servida en una cáscara de limón sobre hielo. Refrescante y te devuelve la energía. Maizal y su chef guardan para el último momento lo mejor de lo mejor de todo el menú: su flan de agave con chinicuil. Wow. Qué experiencia es este flan que más bien es una especie de custard/crème brûlée. Por encima de la sedosa crema está una capa de perfecto caramelo suave aderezado sutilmente con sal de Guatemala y chinicuil (gusano de maguey) crujiente. Es adictivo. El maridaje tiene vinos naturales y demás bebidas exquisitas. Una mención especial va para el pulque clarificado y saborizado con pétalos de rosas del maestro de fermentos Edgar Casco Serrano. Edgar también compartió con nosotrxs (mi novio y yo) algunos de sus otros experimentos y realmente por este gesto personalizado es que todo vale la pena.

Buen restaurante para experimentar dientes sabores, les recomiendo pedir el menú degustación para que puedan probar el menú de 7 tiempos. Rico solo siento que les falta un extra para los precios. No todos los platillos son una experiencia.