La Casa Del Tio Güero

Excelente lugar de comida tradicional Oaxaqueña. Pedimos la sopa de frijol, buenísima. La parrillada con Cecina, Chorizo y Tasajo viene acompañada de chicharrón y quesillo, así como cuatro memelas. Muy recomendada. El servicio es muy bueno. El lugar es casual y tranquilo.

¿Quién puede culparte por dejarte llevar por el hedonismo de vez en cuando? Eso pienso mientras paladeo, disfruto y me complazco con una tlayuda de cecina acompañada con guacamole, cebollas cocidas en limón, una salsa de chile de árbol con ajo, dos mezcales espadín con limones y chile molido. La terraza de la Casa del Tío Güero en Garcia Vigil es el escenario. Oaxaca es una ciudad espléndida. ¿Quién puede culparte por disfrutarlo? Dice la técnica de meditación Vipassana que en el mundo físico la clave del equilibrio radica en dejar fluir tanto el deseo, el apego como la aversión. Que la experiencia humana es impermanencia pura. Nada se queda para siempre, ni el placer ni el dolor. La esencia del universo es siempre cambiante, todo fluye. Todo es efímero. La esencia del universo es efímera, impermanente. Solo deja fluir y encontrarás el equilibrio. Abundando sobre esto, dicen algunos que el único estadio de equilibrio perfecto es la muerte, pero esa es otra historia. Sí, puede ser...todos quisiéramos estacionarnos en un estadio perenne de placer y gozo, pero eso contradice la dialéctica del mundo físico. Solo aprecias lo bueno en tanto sufres también lo malo. No disfrutas la calidez si no has sentido frío... Aldous Huxley decía que en los estados alterados por las sustancias piscotrópicas se da la fusión que sortea la dialéctica, que resuelve esa contradicción. Hasta el cielo puede ser tan abrumador como el infierno, decía, y que el amor es la esencia de la fusión de los contrarios. La desaparición del conflicto. Hoy me comí una tlayuda entera. Hace muchos años, no recuerdo cuántos, que no hacía algo así. Es cierto, tengo 24 horas de viaje, 20 de ellas sentado. El desgaste puede favorecer esa comilona. Creo más bien, que tiene que ver con otros temas. No los sé aún, y realmente no importan. Este lugar es magnífico. Hoy me dí un baño hedonista, de placer. El lugar, insisto, es La Casa del Tío Güero.

La casa del tío güero es un restaurante pequeño, donde puedes encontrar comida típica oaxaqueña. Yo pedí el desayuno que incluye café o chocolate y fruta o jugo. Nuestra comida estuvo rica y el precio es muy accesible.

Te sirven muy bien en relación al precio. La comida sabe bien. El mesero es muy amable, atento. Pero la decoración es otro rollo, tienen expuestas pinturas de autores locales y máscaras que puedes comprar y que al mismo tiempo le dan al lugar esa peculiaridad tan bonita. Mientras comes puedes perderte en una pintura.

Muy bien servido, buen servicio y muy rico todo. Comimos una parrillada para dos y tacos dorados de pollo. Todo muy bueno. Lo único es que es un poco complicado encontrar dónde estacionarse.