José Manuel Clavel Morales
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Parada obligada cuando se visita Oaxaca, el sabor , las porciones , presentaciones de la comida es fabulosa, vale completamente la pena, sin embargo en esta ocasión me llevo un sin sabor con el servicio, fue muy muy lento y el restaurante no estaba ni a la mitad de su ocupación, pedí en 3 ocasiones tortillas para un mole que pedimos y llegó primero la cuenta por que las tortillas jamás. El capitán de meseros o encargado de algo no fue para nada amable, todo lo contrario el mesero que continuó con nuestro servicio. A pesar de eso es delicioso.
1.-necesitas reservación
2.-tienen muchos comensales, y el servicio se mantiene un poco rápido y muy atento.
3.-la comida es muy rica y los sabores son muy interesantes.
Pedimos un estofado, botanas para 2 personas, el postre de camote muy bueno.
Ha sido una de las mejores experiencias culinarias en mi vida, es la mejor forma de conocer la cocina Istmeña. Pedimos varios platillos para probar de todo, ibamos varios amigos entonces es perfecto para compartir. El lugar es muy agradable y tienen un delicioso chocolate. Sin dudas la comida oaxaqueña ha dejado una marca en mi corazón.
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