![5]( "Recensione")
Lugar totalmente campestre, excelente servicio y increíble comida.
Los ostiones estaban sumamente frescos, habría que repasar nada más la apertura porque quedaba demasiados fragmentos de concha dentro de algunas. Fuera de esos estaban deliciosos.
El foie gras muy bueno con el membrillo combinó muy bien.
Los tuetanos a chuparse los dedos y en cantidad muy abundante, con su pan a la parrilla.
Era la primera vez que probaba el jurel con leche de tigre, me pareció muy interesante el contraste del jurel con el toque ácido de la leche de tigre.
La lobina estaba deliciosa, cocinado en su punto, con la piel crujiente y muy jugoso.
Y para terminar pedimos el mouse de chocolate, en mi opinión solo le faltaría equilibrar un poco más el mousse con el corazón. La mousse si bien, nos comentó el mesero era de 80% de cacao, se sentía más como chocolate de leche qué amargo, y nos empalago. El corazón era una mezcla de dulce/salado con el toque de la aceituna, sorprendente y muy agradable.
Regresaría sin duda, y lo recomendó ampliamente.
Es un “must” si vas al Valle, especialmente la primera vez. El lugar es hermoso, las mesas están frente al viñedo y al fondo se ven las montañas. Un sueño.
Es fascinante ver la cocina abierta y lo que pidas es delicioso:.
![4]( "Recensione")
Llegando el trato fue muy bueno. Recoiendl tener reservación. De entrada nos trajeron unas verduras en escabeche cortesía de la casa. El servicio es "rápido" pero se les olvidaron algunos platillos . De sabor: muuuy salada la comida, sabor muy simple , nada especial. El borrego no estaba mal pero también muy simple el sabor. Los tuetanos si están muy buenos pero pues como la mayoría de restaurantes. También me tocó probar el solomillo. Carne un poco dura , termino medio (no te preguntan el termino) y los vegetales súper salados no recomendado. La comida de 7 tiempos es demasiada , pueden compartir dos personas sin problema, tienes que estar pidiendo los siguientes platillos para que no tarden tanto. Precio: medio altos, arriba del promedio de otros restaurantes. Platillo promedio oscila entre los $550 pesos.. postres no hay mucha variedad y los sorbetes estaban muy azucarados. En general es un lugar sobrevalorado pero es bonito y con muy buena atención. Esperaba más por tener estrella michelin. Lleven repelente si van en la tarde noche.. si te gusta el vino, la botella más barata está en $1100 y están buenos pero no para ese precio.
Un ambiente muy campestre, sobre todo por que es al aire libre, asi como su cocina. Recomiendo ir un dia que no haga mucho calor, para que esten comodos. Venden cerveza artesanal, asi como una variedad de vinos, tmb pueden probar el maridaje (varios platillos con sus respectivas comidas).
De entrada te dan agua y unos peritivos muy ricos. Los vegetales estan riquisimos. Probamos la lengua de res y muy buena. Asi como la pechuga de pollo. Te dan tambien de entrada un pesto (el cual no me gustó mucho, es un poco diferente, pero ya es cuestion de gustos). Sin duda una experiencia que tienen que vivir, ampliamente recomendado.
Por cierto, yo reserve por medio de la aplicación "open tabble
Cada año tratamos de visitarlos durante alguna celebración importante, cumpleaños o aniversarios, porque siempre son garantía de un festejo para recordar.
Es un espacio amplio, en medio de flores, viñedos y aromas que no te vas a querer perder.
Preferentemente hay que hacer reservacion previamente.
Manejan menú de tiempos y a la carta, y puedes disfrutar de un atardecer acompañado de amigos, pareja o familia.
La cocina esta al aire libre y puedes acercarte a ver como preparan los alimentos, además de que huele riquísimo es muy bonito el concepto.
Deja espacio para probar los postres, siempre son riquísimos.
Es todo un concepto, respetan el entorno y sus ingredientes son locales o sustentables.
El paté, la carne y los postres estaban deliciosos y su vino Pirineo nos gustó mucho.
El servicio muy amable.
Perooo
Creo que es muy elevado el precio ($2000 por persona).
La decoración es campestre sencilla.
Extraordinario!! Un lugar con personalidad, buen gusto, y cocina preparada con mucho amor, suuuuuuper recomendable!! Los dueños encantadores y el servicio impecable!! NO SE LO PIERDAN!!!
Después de casi quedar atastacados en un camino que Google marcaba para llegar. De aceptar que llegaríamos tarde por el percance. Sencillamente su atención en todo momento fue excelente, éramos la última reserva y nos esperaron. El calentón y la cobijita son un plus, puesto que particularmente al ser un lugar al aire libre es muy fresco al caer el sol. La comida deliciosa, el rib-eye es excelente para compartir, falto espacio y tiempo para el postre, un lugar imperdible y que debe ser contemplado en la visita a Valle.Gpe.
Exelente opción si buscas comida del Cheff a la mesa. Excelente servicio. Eder, nuestro mesero nos atendió muy amable y profesional.
Las codornices son una rica opción, la variedad de vinos es muy buena.
Le doy cinco estrellas, por que google no ofrece mas.
FELICIDADES!!!
Durante mi segunda visita volví a disfrutar de la experiencia en el Mogor, mantienen su dedicada calidad en el servicio y en el sabor en cada uno de sus platillos. Nuevamente gracias 🙂
Una de mis mejores experiencias en el Valle de Guadalupe. Deckmans ofrece una experiencia única. La comida está perfecta, cada tiempo divertido y descrito por el mesero de una detallada manera.
El servicio sin duda de lo mejor, atentos todo el tiempo, el lugar bien acondicionado para el clima del momento. Cálido con un pequeño calenton debajo de la mesa.
La compañía de un gato metiche, hace la parte amena y cómica, muy divertido. El precio? No pregunten, pero cada plato, el lugar y el servicio lo valen.
Lo mejor de todo, me lleve la receta de la pasta de Habanero. Uffff regresaré pronto Deckman's
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