El lugar está padre, es cómodo. La atención al cliente es buena y rápido entregan tu platillo. Los baños están limpios, si quieres ver puedes ver mientras cocinan y hay un señor amenizando que toca guitarla (le tienes que dejar propina) pero toca padre.
Yo pedí chilaquiles verdes con pollo, estaban buenos, pero de más de simples, por eso no le puse las 5 estrellas a la comida.
Muy rica comida como de casa y el servicio muy recomendable. Los postres riquísimos sobre todo los pasteles. También cuentan con una heladería y cafetería, conectada en el interior del Zocabon, asi como acceso por su exterior. Nieve premium con muy buen sabor. Excelente atención de todo el personal. Limpio y ordenado. En el mero corazón de la ciudad y frente a la plaza de armas que está enfrente de la hermosa Catedral de Durango. A sus alrededores muchos edificios con mucha historia. Así como museos importantes como el Francisco villa o el aguacate a un par de cuadras más. También encontrarás mucha oferta gastronómica de muy buen nivel así como este restaurante. Por último se me fue comentar que tienen Ponche en esta temporada de frío.
Horario: Tiene un horario amplio.
Comida: Para desayunar pedí menudo. Buen sabor y porción adecuada, hecho del día, solo los domingos.
Servicio: amables y rápidos, aunque pueden tardar un poco si hay muchos comensales.
Ambiente: Música instrumental agradable. Luego llegó un hombre a tocar guitarra y capador, con voz agradable. La luz natural no es abundante.
Higiene: Buena higiene.
En resumen es un lugar típico que conserva su estilo y buen gusto, a donde van lugareños a tomar café mañanero y buena comida.
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