Lugar bastante amplio y con una muy buena decoración,muy fotografiable. El servicio fue bastante bueno, amable y rápido.Los platillos tienen muy buena presentación al igual que su sabor,en especial la piña rellena de camarones. Las bebidas también muy bien preparadas y bastante ricas. El ambiente muy tranquilo,podría ser por qué llegamos bastante temprano pero incluso pasando unas horas y con más personas aún seguía muy tranquilo el lugar. También tienen un área de juego para niños y grandes para pasar el raro después de comer o mientras se espera lleguen los alimentos.en conclusión un lugar bastante recomendable.

Con honestidad puedo decir que estoy impresionado con el lugar, cuando entré a mi visita, al verlo vacío no me dió mucha confianza (el horario tampoco ayudó porque fui muy temprano). Sin embargo la atención, y las entradas con ese caldito de camarón, totalmente por sorpresa. Lo clásico en el centro, los totopos con limon, salsas, sal y el aderezo de chipotle mayonesa de siempre, con el sabor agradable. He buscado tostadas de cazón buenas al rededor de la ciudad y solamente aceptaba el sabor de las de la barca en el mercado, pero las de cazón de aquí no le van muy lejos; de un gran sabor. El único problema es que NADA PICA (si te gusta que las cosas piquen) claro que puedes pedir a la cocina otra salsa más picosa, pero no son nada picantes los alimentos ni las salsas de bote, el taco de camarón tempura estaba muy bueno, el caldo de mariscos de buen sabor también, aunque no excelente. El cocktail de camarón campechano podría llevar un poco más de cebolla y en definitiva más picante. Los plátanos fritos casi se sacan la perfección, con el único detalle que no tenían suficientemente maduros para freír. Pago con efectivo y tarjeta, área de juegos, musica en Vivo en ciertos días, bufet en un par de días de la semana y baños impecables. Estacionamiento sobre la calle. Recomendado para un giro en la comida del diario. De precios regular; no es caro.