Zukha Beach Club un lugar para relajarse
La primera impresión que te da al entrar a Zukha Beach Club, es de un lugar en el que se respira libertad, frescura, alegría, armonía, con una estética muy especial que te transporta a un lugar, como lo indica el significado de su nombre, a un estado de placer y bienestar, y es que la sensación de amplitud que te da la enorme palapa, en combinación con una espectacular vista de océano Pacífico, un menaje basado en madera con un estilo rústico en el que los detalles, sencillos pero de buen gusto, le dan una atmósfera de sutil elegancia que invitan a relajarte y dejarte llevar de manera casi hipnótica por la buena vibra del restaurante.
Un aspecto que vale la pena mencionar, es que este espacio es también una especie de club de playa, en el que puedes acceder a través de una escalera para disfrutar de las tranquilas playas de Bucerías, ya que por su ubicación dan la impresión de ser una playa privada, ya que puedes dejar tus cosas en el restaurante mientras te das un chapuzón, y después regresar y degustar los alimentos, que se disfrutan mientras escuchas una excelente selección musical que tiene el volumen adecuado, y que no es intrusiva si llegas con la intención de platicar.
Los baños muy limpios, hay regaderas al igual que a la salida de la playa, un aspecto que va genial si te metiste al mar y luego vas a comer.
Su cocina es auténtica, con platillos propios en los que se puede percibir la creatividad del chef, quien merece una mención especial, una combinación de cocina mexicana de mariscos con un toque internacional y sabores y texturas variadas para cualquier tipo de paladar, bonita presentación y buen sabor.
Los precios son regulares ad hoc con el lugar, y en el rango de otros restaurantes.
En cuanto al servicio, en lo personal me pareció deficiente y mal presentado, y es que quizá el personal podría mejorar su imagen, pues desmerece para un lugar como Zukha, también abonaría mucho una mayor capacitación y actitud de servicio, por ejemplo, en nuestro caso, pedimos dos platos y mi esposa tardo un poco en elegir, después de pedir la orden, nos llevaron los dos platos, uno para mi y el otro para el niño, así que tuvimos que esperar a que trajeran el otro plato para comer juntos, y obvio, se enfrió mi plato.
Otro aspecto a destacar es que solo hay servilletas de papel, que siendo exigentes, no le van a un lugar como Zukha, al igual que te pongan platos despostillados, puliendo estos aspectos, mejoraría en un cien por ciento la experiencia en este restaurante.
Aspectos a tomar en cuenta, no hay espacio para niños, así que ve preparado; otro punto es que aceptan mascotas, aunque no ví ningún tipo de protocolo sanitario, y la gente que lleva sus animales no es muy consciente si molestan a los demás, si no te gusta ir a lugares con animales, recuerda este punto. La playa si bien es cómoda, tiene mucha piedra, así que lleva zapatos especiales para que puedas meterte sin que te lastimes los pies y puedas ponerte de pie firmemente, la señal de internet es muy mala, por lo que no siempre puedes pagar con tarjeta así que lleva efectivo para que no pases un mal rato, porque tampoco aceptan transferencias y no te lo informa nadie al llegar.
Lo único feo es que para llegar a Zukha Beach House es la avenida de ingreso, pues está un poco descuidada, sin embargo, en cuanto llegas al restaurante todo se te olvida, ya que es una experiencia que vale la pena disfrutar una vez.
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